¿Cuantas pizzas vale tu crisis?
- Pablo Díaz Gayoso
- 1 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 18 jul
Determinar cuán grave es una crisis no siempre es fácil, ya que no hay dos situaciones iguales. Sin embargo, el esfuerzo de los gabinetes de crisis sí puede cuantificarse, al menos por el tiempo que permanecen reunidos gestionando una situación adversa. Para ello, se ha popularizado el concepto del "pizzómetro", que mide la gravedad de una crisis política contabilizando la cantidad de pizzas que se piden en las sedes de poder.
La idea original nace en Estados Unidos y su premisa es simple: cuando las cosas se tensan para el Tío Sam, los funcionarios de la Casa Blanca o del Pentágono se quedan en sus despachos hasta altas horas de la noche, tomando decisiones que afectarán al resto del mundo, y terminan echando mano de las pizzerías cercanas. Cuanto más grave sea la crisis y más departamentos se vean implicados, mayor será el trasiego de motos de reparto.

Esta peculiar forma de calcular la importancia de un momentum ofrece un indicador más llamativo que fiable, pero no por ello deja de dar pistas de que algo trascendental se está cociendo. En los momentos previos al inicio de la Guerra del Golfo, en la década de los 90, la Casa Blanca y el Pentágono pasaron de pedir unas 50 pizzas diarias a 125.
En la actualidad, este concepto ha vuelto a entrar en discusión debido a la crisis iniciada por Israel al bombardear el consulado de Irán en Damasco, matando a 16 personas, incluidos miembros de alto rango de la Guardia Revolucionaria Iraní, el pasado 1 de abril. La respuesta de Irán fue lanzar una salva de misiles y drones contra la Cúpula de Hierro —el famoso sistema de autodefensa— de Israel, causando un daño más simbólico que efectivo. Horas antes del ataque, se produjo un pico de pedidos en la pizzería Extreme Pizza, situada a 15 minutos de la Casa Blanca.
Esta forma de detectar que algo importante está ocurriendo tiene ya un largo recorrido, ya que, presuntamente, los agentes soviéticos también se hacían eco de este fenómeno. Cuando, a altas horas de la noche, aumentaba el número de camionetas frente a las principales sedes del gobierno estadounidense, los soviéticos aguzaban el oído. El término que se acuñó entonces fue Pizzaint (pizza + inteligencia).
En resumen, el Pizzómetro es un indicador curioso, pero potencialmente útil, de la tensión internacional. Aunque pueda parecer un concepto humorístico, se basa en observaciones reales y ha demostrado ser un indicador sorprendentemente preciso de las crisis globales. Del mismo modo, puede cuantificarse el consumo de otros alimentos para calibrar el momento: el aumento del café, el té u otras bebidas energéticas. No cuesta imaginar este fenómeno reproduciéndose en todas las capitales del mundo durante momentos de máxima tensión interna o externa, con las variantes culinarias propias de cada país, como el dürüm kebab, la comida china o el sushi.
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