La Corea que puede (re)surgir del caluroso junio
- Pablo Díaz Gayoso
- hace 4 días
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Como vimos en La Corea que pudo (re)surgir del frío diciembre, el país estuvo al borde de un conflicto armado que pudo escalar en varios frentes, incluso hasta el nuclear.
El 3 de diciembre, el presidente Yoon Suk Yeol, del Partido del Poder Popular (PPP), declaró la ley marcial más dura jamás promulgada, incluso en comparación con la época de la brutal dictadura de Park Chung Hee. En ella, proponía medidas como la prohibición de toda actividad política, el cierre de la Asamblea Nacional (encargada de supervisar la aplicación de la ley marcial) y la prohibición de cualquier manifestación, protesta o concentración. El pretexto para implementar tales medidas fue acusar al Partido Democrático (PD) de colaborar con Corea del Norte y de representar un peligro para la democracia liberal.
Por suerte para la democracia coreana, la Asamblea logró revocar la orden presidencial pocas horas después de su promulgación e impulsó un proceso de impeachment contra el presidente Yoon. Este proceso requiere el apoyo de dos tercios de la Asamblea y la confirmación del Tribunal Constitucional en un plazo de 180 días.

La fecha del 3 de junio se debe a que la Constitución de Corea exige que se celebren elecciones en los 60 días siguientes a una vacante presidencial permanente, como ocurrió tras la decisión del 4 de abril del Tribunal Constitucional de confirmar el juicio político y destituir a Yoon.
La crisis en el país del K-pop no terminó ahí. El sucesor de Yoon, el primer ministro Han Duck-soo, también enfrentó un proceso de impeachment por aplazar, en calidad de presidente interino, el nombramiento de magistrados del Tribunal Constitucional. El proceso avanzó en la Asamblea Nacional de manera polémica, ya que el Partido Democrático argumentó que, al tratarse de un primer ministro, su destitución requería solo una mayoría simple, en lugar de los dos tercios necesarios para el cargo de Presidente de la República.
En marzo de 2025, el Tribunal Constitucional revocó este impeachment y lo reinstauró en el cargo, considerando que, aunque el aplazamiento de la votación fue ilegal, no constituía un motivo suficiente para su destitución. Han ocupó el cargo de presidente y primer ministro restaurado durante un mes (abril-mayo) con la intención de presentarse a las elecciones del 3 de junio. Sin embargo, su partido rechazó su candidatura y optó por Kim Moon-soo, exgobernador (2006-2014) de la Provincia de Gyeonggi, región colindante con Seúl.

Por parte del Partido Democrático, el candidato es Lee Jae-myung, quien también ejerció como gobernador de Gyeonggi (2018-2021) y tiene experiencia en el gobierno local. A comienzos de 2024, sufrió un atentado cuando fue apuñalado en el cuello mientras respondía preguntas de periodistas. Este intento de asesinato recordó al sufrido por el exprimer ministro japonés Shinzo Abe en 2022.
En las elecciones presidenciales anteriores, Lee fue el principal contendiente de Yoon Suk Yeol y perdió por menos de un punto de diferencia. Sin embargo, en esta ocasión, la suerte parece estar de su lado. La sucesión de crisis provocadas por el PPP ha debilitado gravemente al partido, dejándolo con pocas posibilidades de recuperar el poder. Por ello, el resultado más probable es una clara victoria del candidato del Partido Democrático, de orientación liberal.
La renovada era del PD ya había sido anunciada en las elecciones legislativas de 2024, cuando el partido aumentó su mayoría hasta 178 de los 300 escaños del Parlamento unicameral. La cohabitación en Corea estuvo marcada por una confrontación total entre la Asamblea (PD) y el Presidente (PPP). Incluso antes del intento de golpe del 3 de diciembre, la relación entre ambos poderes constitucionales se caracterizaba por el bloqueo mutuo: Yoon vetaba las proposiciones de la Asamblea, mientras que esta bloqueaba los decretos presidenciales.
El sistema de elección presidencial en Corea del Sur es de una sola vuelta, en la que el candidato más votado es nombrado directamente por la Comisión Nacional Electoral. Cada mandato presidencial dura cinco años y no se permite la reelección.

Entre las principales promesas de Lee Jae-myung, el probable ganador de las elecciones, destaca el traslado de la capital administrativa del país fuera de Seúl hacia la Ciudad de Sejong. Este proyecto, en marcha desde hace más de dos décadas, busca diseñar una capital adaptada a los desafíos del siglo XXI. Indonesia y Egipto son ejemplos de países que han iniciado la construcción de nuevas capitales desde cero, debido a que las tradicionales, con el crecimiento de la población, se han vuelto inviables.
Otro de los caminos que el PD promete reabrir es la relación con Japón y EEUU. Las relaciones con Japón se deterioraron considerablemente cuando Corea le solicitó la reparación de la deuda histórica por los daños causados durante la ocupación imperial (1910-1945). Por otro lado, lo que ha pasado más desapercibido, ha sido el enfriamiento de las relaciones entre Seúl y Washington. En un momento donde el vecino nuclear del norte se muestra cada vez más agresivo y dispuesto a probar los límites de la alianza, Estados Unidos muestra una sonora distancia, cuando no sube el precio de su paraguas defensivo. Esta calma está poniendo muy nervioso a los decisores políticos de Corea.
Tanto las élites políticas como la población desde 2023 ven con buenos ojos la idea de desarrollar su propia arma nuclear y reestablecer así la paridad disuasoria con Corea del Norte. Esta tendencia ha preocupado a la nueva Administración Trump hasta el punto que el departamento de Energía ha designado a Corea del Sur como un país "delicado", lista que comparte vecindad con India o Rusia.

En definitiva, el candidato ganador de estas elecciones tiene que hacer frente a los retos de: poner fin a la crisis constitucional desatada el pasado diciembre de 2024, hacer frente a la ralentización del crecimiento económico y hacer frente a la guerra comercial declara por Trump, reforzar las relaciones diplomáticas con sus aliados transpacíficos, y como mínimo, establecer unos principios de coexistencia pacífica con Corea del Norte (vease. Bajo el mismo Sol coreano).
La cosntrucción de una nueva capital ya se ha realizado en otros paises, a parte de los que se citan en el artículo, está el caso de Brasil con Brasilia ¿Puede ser una buena idea? ¿Sería imaginable en España? De ser Pedro Sánchez lanzaba la idea a ver qué pasaba.