¿Qué es una potencia insatisfecha?
- Pablo Díaz Gayoso
- 2 mar
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 3 mar
Entender el mundo se puede hacer a veces complicado y el comportamiento que tienen algunos actores puede parecer irracional a priori; más tarde se demuestra que sigue una lógica propia. Por esa razón se construyen los grandes marcos teóricos que buscan simplificar y sistematizar los comportamientos y permiten ver más allá del árbol. Para poder comprender mejor la relación entre dos o más estados el marco teórico del realismo ofensivo/defensivo nos da una buena aproximación.
Hay que partir de la base de que el sistema internacional es anárquico y se sustenta en las relaciones de poder que son relativas y en constante cambio. Eso no quiere decir que no existan ciertas convenciones ni vías de diálogo; de lo contrario estaríamos en una constante guerra de todos contra todos. No, eso quiere decir que no existe una autoridad centralizada capaz de imponer un criterio único, respetado y seguido por todos. Ni siquiera la superhegemonía estadounidense tras la Guerra Fría se puede considerar una excepción a esta regla.

En la teoría que nos ocupa se introducen dos tipos de estado en base a su relación con el sistema de relaciones establecido. El primer estado es aquel que está satisfecho con el sistema y busca mantener el statu quo vigente lo menos alterado posible. Estos estados satisfechos suelen ser aquellos que disfrutan de una situación ventajosa sobre el resto y su principal objetivo es limitar las posibles reducciones en su poder. Sin embargo también pueden ser estados más débiles que entienden que su situación es ya precaria y cualquier cambio puede provocar mayores daños que beneficios. Este tipo de estado es el central del realismo defensivo, que en su núcleo establece que las acciones de los estados no se inspiran en el principio de hostilidad y da pie a la colaboración entre los estados. Este marco teórico puede sernos muy útil para entender el proceso de integración europea.

Por otro lado se encuentran los estados insatisfechos o revisionistas que se ven mejor representados en el realismo ofensivo. Son aquellos que no están contentos con su situación y actúan para incrementar su poder. Estos estados se comportan de una forma más agresiva y hostil con el resto. Entienden que su fin último es la obtención de más poder y desconfían del resto, en especial de las otras grandes potencias en auge. Para garantizar su seguridad optan por mermar las cuotas de poder del resto. Esto dota al estado insatisfecho de un amplio abanico de medidas que tiene su fin último reducir el poder de sus competidores. La guerra abierta, sabotaje, desestabilización, etc, son algunas de las opciones. Este marco teórico nos puede ayudar a comprender tanto conflictos actuales como pasados. La Primera Guerra Mundial puede entenderse como una suma de grandes potencias insatisfechas que enzarzadas en una espiral colonial expansionista se reconocieron mutuamente como amenazas certeras a las propias supervivencias. Así como el comportamiento de Rusia como país revisionista que busca restaurar la antigua zona de influencia/poder soviética, en detrimento de sus vecinos.
En definitiva, conocer ambas vertientes teóricas permite tener una mirada más amplia a la hora de analizar y entender el porqué de los eventos. Otros ejemplos los hemos visto ya en El Rincón del Pato Cojo en Como China quiere controlar el mar del sur, La geopolítica del Nilo: el conflicto entre Etiopía, Sudán y Egipto o en Cuando Oriente se pone en Medio
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